La pandemia mundial COVID-19 ha tenido un impacto significativo en nuestras vidas cotidianas, modificando nuestras formas de comunicación, trabajo y sociales. Desafortunadamente, esta pandemia también ha tenido implicaciones negativas en el sector empresarial, y una de ellas es el aumento de la extorsión.
La extorsión es un delito grave que se produce cuando alguien intenta obtener algo de valor de otra persona por la amenaza de fuerza, daño personal, reputación o propiedad. En el contexto empresarial, la extorsión puede tomar muchas formas, incluyendo el robo de propiedad intelectual, el chantaje y la exigencia de pagos por servicios o productos que nunca se completan.
Durante la pandemia, hemos visto un aumento significativo en los casos de extorsión que se dirigen a las empresas. A medida que las empresas han luchado para adaptarse a las restricciones de COVID-19, los delincuentes han surgido para explotar las vulnerabilidades de las empresas y hacer demandas extorsivas.
Los delincuentes han utilizado tácticas de extorsión para obtener pagos en efectivo, así como para obtener acceso a información confidencial. También han utilizado el chantaje para obligar a las empresas a hacer pagos por servicios que realmente no necesitan, como los servicios de marketing en línea, o para comprar productos que no se necesitan.
Las empresas también han sido víctimas de extorsión debido a la interrupción de la cadena de suministro global. Los delincuentes pueden amenazar con interrumpir o limitar la entrega de bienes y servicios esenciales, lo que puede llevar a la interrupción de los negocios y aumentar el costo para las empresas.
Además, la pandemia ha llevado a un aumento en el número de personas desempleadas que buscan formas alternativas de obtener ingresos. Esto ha llevado a un aumento en la actividad de extorsión. Muchos delincuentes ven la extorsión como una forma fácil de obtener dinero rápidamente.
Para combatir la extorsión en el sector empresarial durante la pandemia COVID-19, es importante que las empresas adopten medidas adecuadas de seguridad. Esto incluye la creación de medidas de seguridad para proteger la información confidencial, fortalecer la seguridad cibernética y la realización de evaluaciones de seguridad periódicas.
Las empresas también pueden considerar la contratación de expertos en seguridad para ayudar a proteger sus activos y prevenir eventos de extorsión. Estos expertos pueden proporcionar asesoramiento y apoyo para desarrollar medidas efectivas de seguridad y recuperación.
Además, es importante que las empresas establezcan una cultura de seguridad que promueva la denuncia de cualquier actividad sospechosa. Los empleados deben ser informados y capacitados sobre cómo identificar y denunciar actividades de extorsión.
En resumen, la pandemia COVID-19 ha llevado a un aumento en la actividad de extorsión en el sector empresarial. Los delincuentes ven las empresas vulnerables durante la pandemia como objetivos fáciles para la extorsión, y han utilizado tácticas de extorsión para obtener pagos, información confidencial y acceso a bienes y servicios esenciales. Para prevenir la extorsión, las empresas deben adoptar medidas adecuadas de seguridad y establecer una cultura de seguridad que promueva la denuncia de actividades sospechosas.